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El canon de entrada… ¿Qué es?

Una pregunta habitual entre los emprendedores que quieren abrir una franquicia. Te lo explicamos.
canon de entrada

El canon de entrada es uno de los conceptos más mencionados si hablamos de las condiciones de pago de una franquicia. Pero, ¿qué es el canon de entrada?

Es la cantidad inicial que abona el franquiciado por una serie de conceptos básicos y esenciales de la franquicia. Entre estos están el uso de la marca, el know-how o la formación.

Por lo general, el canon de entrada se cobra una sola vez al firmar el contrato de franquicia, aunque algunos negocios permiten fraccionar su pago, para hacerlo más asequible. No obstante en algunos casos, aunque no es lo normal, se vuelve a cobrar en la renovación.

El canon de entrada basa su sentido en la inversión que realiza el franquiciador para franquiciar su negocio y durante el desarrollo del mismo. Esta inversión se hace en diferentes niveles que formarán el tronco esencial de la franquicia y de las cuales se beneficiará el franquiciado. Entre ellos encontramos:

  • El desarrollo de la imagen de marca que será cedida para su uso.
  • La identificación y comunicación del know how o saber hacer de la franquicia a través de los manuales de franquicia.
  • La implementación de la formación necesaria para el franquiciado.

Además, en muchos casos suele cubrir las partidas del diseño del establecimiento, proyecto y reforma del mismo.

¿Cuál debe ser el canon de entrada?

Lógicamente todo depende del modelo de negocio. Para establecer la cantidad idónea en el canon de entrada, el franquiciador debe tener en cuenta ciertos costes. Entre ellos:

  • Lo que hay que invertir en desarrollar el proyecto de franquicia.
  • Lo que cuesta cada nuevo franquiciado. Es decir, el coste de las horas de trabajo que tendrá que emplear nuestro equipo para formarlo y asesorarlo. Y, por supuesto, el coste del desplazamiento y alojamiento necesarios del nuevo franquiciado durante su formación en nuestra central.
  • Lo que cuesta buscar, elegir y adecuar el local.
  • Lo que hay que invertir en elaborar estudios de mercado. Es decir, el trabajo de investigación para conocer bien a la competencia.
  • Lo que hay que desembolsar en la impresión de los documentos necesarios. Dossier informativo, pre-contrato y contrato de franquicia, manuales operativos… Todos implican un gasto.
  • Lo que se paga a los consultores de franquicias, encargados de la expansión del negocio, por cada nuevo candidato.
  • Y, por supuesto, lo que cuestan las acciones de comunicación y marketing de la enseña. Entre ellas, presencia en portales, directorios, ferias de franquicias y resto de campañas publicitarias.

Valorando correctamente estas partidas de gasto podremos hacernos una idea aproximada del margen de beneficio que nos dejará cada apertura. Y, en función de ello, establecer una cifra adecuada para el canon de entrada de nuestra franquicia.

No obstante, el franquiciador debe tener claro que el canon de entrada no es un beneficio en sí mismo sino una forma de ingreso que le permitirá seguir manteniendo el servicio de la red y dar el máximo soporte a las nuevas aperturas.

De cara al franquiciado, este debe entender lo que obtiene al integrarse en la red y la inestimable ayuda y soporte que se le prestará en la apertura y lanzamiento de su negocio.

¿Cuál es el importe medio del canon de entrada?

Es muy importante que la marca sea competitiva. Es decir, se mueva en una horquilla acorde con el resto de su sector. De otra forma, se arriesga a quedar descartado por la mayoría de candidatos. Así, el canon de entrada depende de muchas variables: sector de actividad, tipo de negocio, zona… Pero, por lo general, no suele superar los 35.000€, salvo casos muy especiales de grandes marcas como 100 Montaditos o Lizarran. La media en la mayoría de las franquicias se sitúa en 10.000 y 15.000 euros.

Algo bastante habitual es encontrarse con un canon de entrada de 0€. Aquí el importe que el franquiciador cobra al franquiciado va incluido en otras partidas de la inversión total. Por ejemplo, en los royalties o en el concepto “llave en mano”, que algo así como un “todo incluido”. O bien en el pedido inicial. Este caso suele darse en aquellas franquicias que son fabricantes y distribuidores del producto, al cual le sacan un margen que compensa este concepto.

También es posible que el importe del canon de entrada alcance cifras millonarias. En este caso, se trata de franquicias de mayor envergadura. Hablamos de cadenas de hoteles, las Master Franquicias o las que requieren programas de formación muy largos y costosos. En estos negocios, la inversión es muy alta y, por consiguiente, requiere un canon a medida.

En definitiva, el franquiciador ha de delimitar con claridad los costes que le supone incorporar un franquiciado. Solo así podrá valorar correctamente el canon de entrada necesario para unirse a su red.

Ejemplos de Canon de Entrada

Como hemos comentado la gran mayoría de las franquicias incluyen un canon de entrada en la inversión total. Algunos ejemplos de las principales franquicias serían:

  • 100 Montaditos: 38.000 Euros
  • Santagloria: 24.000 Euros
  • Popeyes: 80.0000 Euros
  • Burger King: 60.00 Euros
  • Tea Shop: 15.000 Euros
  • Mail Boxes Etc: 24.000 Euros
  • Marco Aldany: 75.000 Euros

Otras marcas del sector de alimentación como Alcampo, Carrefour o BM Shop no cobran canon de entrada.

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